Wolfspeed se prepara para declararse en bancarrota ante caída de demanda y presión por aranceles

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La compañía estadounidense Wolfspeed, especializada en la fabricación de semiconductores a base de carburo de silicio, se encuentra en las etapas finales de preparación para acogerse al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, según informó el Wall Street Journal citando fuentes cercanas a la situación.

La decisión, que podría hacerse oficial en las próximas semanas, llega en un momento crítico para la empresa, que ha estado luchando contra una demanda débil en los sectores industrial y automotriz, así como con la creciente incertidumbre generada por la imposición de nuevos aranceles comerciales.

Wolfspeed, que anteriormente fue conocida por ser una de las grandes promesas en el suministro de chips de energía para autos eléctricos y otras aplicaciones de alto rendimiento, ha visto una caída dramática en el valor de sus acciones, perdiendo más del 50% en operaciones extendidas tras conocerse la noticia.

Una deuda difícil de sostener

La empresa ha intentado sin éxito llegar a acuerdos de reestructuración de deuda fuera de los tribunales, que habrían evitado un proceso de bancarrota formal. Sin embargo, tras el rechazo de varias propuestas por parte de sus acreedores, todo apunta a que la compañía optará por una bancarrota estructurada con apoyo mayoritario de los mismos.

A principios de este mes, Wolfspeed ya había encendido las alarmas al advertir dudas sobre su viabilidad financiera como empresa en marcha y al ofrecer una proyección de ingresos anuales de aproximadamente 850 millones de dólares para 2026, cifra considerablemente inferior a la estimación promedio del mercado, que se situaba en 958 millones de dólares.

El efecto de los aranceles

Los analistas apuntan a que uno de los factores clave en la crisis de Wolfspeed ha sido el entorno comercial adverso impulsado por la reciente política de aranceles del gobierno de Estados Unidos, que ha afectado negativamente a su capacidad de competir globalmente. Además, la presión en los costos de producción y las interrupciones en la cadena de suministro han agravado sus problemas estructurales.

Wolfspeed se ha negado a hacer comentarios ante las consultas de los medios, pero el hecho de que se prepare para una declaración formal de bancarrota sugiere que la situación financiera es insostenible sin una reestructuración profunda.

Un golpe para la industria de chips

Esta posible quiebra representa una advertencia para el resto del sector de semiconductores, especialmente aquellos enfocados en tecnologías alternativas como el carburo de silicio, cuya adopción aún no ha alcanzado las expectativas de crecimiento estable proyectadas antes de la desaceleración económica global.

De confirmarse la bancarrota, Wolfspeed se convertiría en uno de los casos más sonados de insolvencia empresarial en el sector tecnológico estadounidense durante 2025.

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