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En plena era de la automatización industrial, la manufactura mexicana enfrenta una paradoja tecnológica: mientras avanza hacia modelos de Industria 4.0, muchas de sus plantas aún operan con sistemas operativos obsoletos y prácticas de seguridad desactualizadas. Esta contradicción representa una grieta crítica en su infraestructura que los ciberdelincuentes ya están explotando con éxito.
Durante el Fortinet OT Summit celebrado recientemente en Ciudad Juárez, se puso en evidencia que muchas fábricas mexicanas continúan utilizando Windows XP, un sistema operativo sin soporte desde 2014, junto con memorias USB sin control que actúan como caballos de Troya digitales. Estos elementos, aunque parezcan simples, pueden provocar la paralización completa de líneas de producción.
Roberto Suzuki, director de tecnología operativa de Fortinet para América Latina, explicó que, aunque el entorno de TI corporativo ha madurado en prácticas de ciberseguridad, el entorno OT (tecnología operativa) apenas comienza a incorporar estas medidas. Muchas de las máquinas críticas de producción están conectadas a redes sin segmentación adecuada, lo que facilita los ataques laterales desde sistemas aparentemente desconectados.
Uno de los principales riesgos es la integración forzada entre tecnologías modernas como PLCs y brazos robóticos con plataformas antiguas como Windows XP. Aunque esta combinación permite cierto avance operativo, deja una enorme puerta abierta a infecciones, malware y ataques de ransomware que pueden detener operaciones enteras en cuestión de minutos.
La encuesta presentada por Fortinet reveló que dos de cada tres ataques a plantas industriales mexicanas terminaron afectando directamente la producción. Y aunque muchas empresas no revelan estos eventos por confidencialidad, Suzuki confirma que ya existen casos documentados en los que plantas completas tuvieron que detener su operación por días debido a este tipo de vulnerabilidades.
Las recomendaciones para mitigar estos riesgos son claras: implementar firewalls segmentados, restringir accesos remotos sin autenticación robusta y controlar el uso de memorias USB con software de monitoreo. Además, Suzuki enfatiza la necesidad de un cambio cultural: los equipos de ingeniería y mantenimiento deben involucrarse activamente en decisiones de seguridad digital.
Más allá de lo tecnológico, la ciberseguridad industrial en México se ha convertido en una urgencia empresarial. La frontera norte del país, uno de los centros manufactureros más importantes del continente, está expuesta a amenazas que podrían afectar la cadena de suministro de toda América del Norte.
La digitalización sin protección no es progreso, es un riesgo latente.