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Trump promete “trato justo” a Canadá, pero evita comprometerse con el T-MEC

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este martes que su gobierno tratará a Canadá “de manera justa” en las negociaciones comerciales sobre los aranceles aplicados a productos de ese país, aunque evitó comprometerse con la continuidad del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), cuyo proceso de revisión está programado para 2026.

El gesto amistoso de Trump hacia Canadá llega en un contexto de tensión comercial creciente entre los tres socios norteamericanos, tras el anuncio de nuevos aranceles estadounidenses al acero, automóviles y otros bienes, lo que ha generado presiones sobre la economía canadiense, altamente dependiente del comercio con su vecino del sur.

Durante una reunión con el primer ministro Mark Carney en la Casa Blanca, el mandatario estadounidense insistió en que busca acuerdos justos y equilibrados, aunque dejó abierta la puerta a modificar o incluso reemplazar el T-MEC con acuerdos bilaterales.

“Creo que van a salir muy contentos. Vamos a tratar a la gente de forma justa, especialmente a Canadá”, declaró Trump desde el Despacho Oval.


Canadá, bajo presión por los aranceles

Carney llegó a Washington enfrentando una creciente presión interna para responder al impacto de los aranceles estadounidenses sobre productos como el acero y el aluminio. Tras el encuentro, el primer ministro canadiense señaló que hubo avances, aunque aún no se ha alcanzado ningún acuerdo definitivo.

“Estoy satisfecho porque ahora tenemos un impulso que no teníamos esta mañana, pero todavía no hemos terminado nuestro trabajo”, declaró Dominic LeBlanc, ministro canadiense responsable del comercio bilateral.

Carney destacó que ambos gobiernos buscan un esquema que beneficie tanto los intereses económicos como los de seguridad, empezando por el sector metalúrgico, que ha sido especialmente golpeado por las políticas comerciales de Washington.


El futuro incierto del T-MEC

La administración Trump ha dejado entrever su preferencia por acuerdos bilaterales frente al marco trilateral actual. En días recientes, el representante de Comercio estadounidense, Jamieson Greer, adelantó que las futuras conversaciones con México y Canadá “probablemente serán bilaterales”, lo que representa un giro importante respecto al espíritu del T-MEC firmado en 2020.

“Podemos renegociarlo, y eso sería bueno, o podríamos hacer tratos diferentes”, comentó Trump. “Haré lo que sea mejor para este país, siempre teniendo en cuenta a Canadá”.

Estas declaraciones aumentan la incertidumbre regional, sobre todo considerando que México envía el 85% de sus exportaciones a Estados Unidos, mientras que Canadá destina el 75%, lo que deja a ambas economías particularmente vulnerables a las decisiones comerciales de Washington.


México busca mantener la unidad

Desde Ciudad de México, el subsecretario de Comercio Exterior, Luis Rosendo Gutiérrez, intentó restar dramatismo a los comentarios de Trump, asegurando que el tratado seguirá existiendo entre los tres países.

“Durante tres décadas, los temas del acuerdo se han trabajado muchas veces de forma bilateral y después se consolidan a nivel trilateral. Eso no ha cambiado”, explicó el funcionario.

La posición mexicana busca preservar la estabilidad regional y evitar que el clima político y electoral en Estados Unidos afecte las cadenas de suministro y el comercio fronterizo.


Una relación marcada por la tensión, pero también por la dependencia

El primer ministro Mark Carney, quien asumió el cargo en marzo tras el gobierno de Justin Trudeau, ha intentado recomponer la relación con Trump. Ambos líderes han destacado su “buena comunicación” a pesar de los conflictos comerciales.

“Tenemos conflictos naturales, pero también cariño mutuo. Sabemos que nos necesitamos”, dijo Trump con su habitual tono conciliador.

Aun así, la relación bilateral continúa marcada por la desconfianza. En mayo, Carney rechazó de manera tajante la sugerencia de Trump de “comprar o anexar Canadá”, afirmando que “Canadá jamás estará en venta”.

Desde entonces, Ottawa ha ofrecido concesiones importantes, incluyendo el levantamiento de aranceles y la eliminación de un impuesto digital que afectaba a grandes tecnológicas estadounidenses.


Un comercio regional en riesgo

La revisión del T-MEC, programada para 2026, se perfila como uno de los procesos más sensibles para América del Norte. Mientras Estados Unidos busca proteger su industria, Canadá y México intentan garantizar la estabilidad de los flujos comerciales que sustentan millones de empleos en la región.

El reto será encontrar un equilibrio entre la política proteccionista de Trump y la necesidad de mantener un comercio abierto y competitivo que ha sido la base del crecimiento regional durante más de 30 años.

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