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El músico Trace Cyrus, hermano mayor de Miley Cyrus y exmiembro de la banda Metro Station, desató una ola de reacciones en redes sociales al publicar en sus historias de Instagram una serie de acusaciones extremadamente graves y delicadas contra su expareja, la actriz Brenda Song, conocida por su papel en The Suite Life of Zack & Cody y otras producciones de Disney.
Según Cyrus, quien mantuvo una relación intermitente con Brenda entre 2010 y 2017, la actriz habría fingido múltiples embarazos, inventado un aborto espontáneo usando sangre falsa, y simulado haber sido diagnosticada con cáncer de mama y un tumor cerebral con el propósito de manipular emocionalmente a él y a su familia.
«Todo fue mentira. Fingió operaciones, enfermedades y situaciones graves que jamás ocurrieron», declaró el músico en una historia que rápidamente se viralizó.
Entre los detalles más impactantes, Trace relató un episodio en el que Brenda apareció con un vendaje tras supuestamente haber sido operada en Chicago, asegurando que tenía un tumor cerebral. Según él, al remover el vendaje descubrió que no había herida ni señal alguna de intervención médica. “Fue ahí cuando me di cuenta de que nada era real”, afirmó.
Cyrus también aseguró que su madre, Tish Cyrus, se dio cuenta de la manipulación y que eso provocó un rompimiento definitivo entre Brenda y la familia Cyrus. Además, el músico denunció que Brenda le habría robado miles de dólares, aunque no ofreció detalles ni pruebas sobre esta acusación financiera.
En medio de este escándalo, Trace reflexionó sobre las secuelas psicológicas que enfrentan muchas celebridades que comenzaron su carrera siendo niños, como él y Brenda. Expresó su deseo de que ella haya recibido ayuda psicológica profesional, sugiriendo que podría haber algún trasfondo emocional detrás de lo ocurrido.
Hasta el momento, ni Brenda Song ni su representante han emitido declaraciones al respecto. La actriz, actualmente pareja de Macaulay Culkin y madre de dos hijos con el actor, se ha mantenido en silencio mientras los medios y las redes analizan y debaten la veracidad de las acusaciones.
Estas denuncias reavivan la discusión sobre el impacto de las relaciones tóxicas en el mundo de la fama, y plantean interrogantes sobre la responsabilidad de exponer públicamente a figuras sin pruebas concluyentes. La historia, de confirmarse o refutarse, podría tener serias consecuencias legales y mediáticas.