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Tras años de caída constante, la industria de la refinación de petróleo en México comienza a mostrar señales de recuperación en el ámbito laboral. Según cifras recientes del Inegi, el personal ocupado en esta actividad aumentó 9.7% en abril de 2025, a pesar de que la mayoría del sector manufacturero vivió su peor contracción mensual desde agosto de 2024.
Sin embargo, este avance en empleo contrasta con la fragilidad financiera del modelo actual de refinación impulsado por el gobierno federal y ejecutado por Petróleos Mexicanos (Pemex). Especialistas advierten que la estrategia de “refinar a toda costa” puede ser insostenible y que se requieren ajustes profundos en la estructura y objetivos de la empresa productiva del Estado.
El empleo se recupera, liderado por Dos Bocas, Tula y Cadereyta
Desde abril de 2018, el empleo en refinación había registrado una caída continua. Pero en 2025, con la entrada progresiva de la refinería Olmeca en Dos Bocas, y la reactivación de plantas como Cadereyta y Tula, la situación cambió. En mayo de 2025, estas últimas reportaron incrementos productivos del 75.1% y 56.1%, respectivamente, lo que ha traído consigo un aumento en el personal contratado.
Además, las remuneraciones medias subieron más del 4%, consolidando a esta rama como la mejor pagada del sector industrial, con un salario anual promedio de casi 500,000 pesos por trabajador.
Refinar como objetivo político: ¿a qué costo?
Aunque el repunte de actividad es evidente, analistas y economistas se muestran escépticos sobre la viabilidad económica de esta estrategia.
Para Óscar Ocampo, del IMCO, Pemex Transformación Industrial genera pérdidas descomunales: en 2024, perdió 585,000 millones de pesos. Refinar, sostiene, ha dejado de ser un medio para lograr seguridad energética y se ha convertido en una meta política aislada del contexto financiero.
La producción de petróleo sigue por debajo de lo esperado: en vez de los 1.8 millones de barriles diarios proyectados, Pemex produce apenas 1.6 millones. Y la refinería Olmeca, que costó miles de millones, sólo opera al 33.8% de su capacidad.
Reestructura: una esperanza en medio del desbalance
En mayo de 2025, Pemex aprobó una reestructura interna que busca eficiencia operativa, eliminando duplicidades, reduciendo personal administrativo y redirigiendo recursos al área operativa. El ahorro estimado es de 4,798 millones de pesos para 2025-2026.
Además, se estableció un tope al ingreso de personal de confianza y un programa de liquidaciones voluntarias, que afectará a menos del 1.4% de las plazas permanentes.
Para Gabriela Siller, de Banco Base, Pemex debe priorizar la reducción de deuda vendiendo activos no rentables, antes que seguir trasladando pasivos al Estado. Solo así, señala, la refinación podría aspirar a ser rentable a largo plazo.
¿Y el futuro laboral?
A pesar de las incertidumbres, hay un consenso: el capital humano de Pemex es valioso y altamente calificado. Si se opta por cerrar o reconvertir refinerías, la transición podría planearse a largo plazo para reubicar a los trabajadores en industrias como la petroquímica o energías renovables.
“La mano de obra calificada tiene lugar en muchos sectores. Solo se necesita visión y planificación”, concluye Ocampo.