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En una sorprendente propuesta, el Reino Unido ha decidido explorar el uso de medicamentos para la pérdida de peso, como Ozempic y Wegovy, como una posible solución a su creciente problema de desempleo. Según el primer ministro Keir Starmer, estos medicamentos no solo podrían mejorar la salud de las personas, sino que también podrían tener un impacto significativo en la economía al ayudar a los desempleados a volver al mercado laboral.
El enfoque del gobierno británico
El gobierno del Reino Unido ha puesto en marcha un ensayo de cinco años en el que 3,000 personas recibirán el medicamento Mounjaro (tirzepatida), un tratamiento utilizado para la pérdida de peso. El objetivo principal de este estudio es evaluar si la reducción de peso en personas con obesidad no solo mejora su salud, sino también su empleabilidad y reduce la carga sobre el sistema de salud pública (NHS). La premisa detrás de esta idea es que las enfermedades relacionadas con la obesidad, que provocan ausencias laborales y bajas por enfermedad, están afectando la productividad de la nación.
El secretario de Salud, Wes Streeting, señaló en un artículo de opinión que la «expansión de la cintura» de la población está ralentizando la economía, afirmando que las inyecciones para perder peso podrían ser una herramienta clave para mejorar la situación laboral de muchas personas. «Para muchas personas, estas inyecciones cambiarán sus vidas, les ayudarán a volver al trabajo y aliviarán las demandas sobre nuestro NHS», explicó Streeting.
Obesidad y desempleo: ¿Una conexión directa?
Actualmente, cerca de 11 millones de británicos en edad de trabajar están desempleados. Si bien no todos estos desempleados enfrentan problemas de salud relacionados con la obesidad, el gobierno británico parece convencido de que el tratamiento de la obesidad podría ayudar a algunas personas a reincorporarse al mundo laboral.
Sin embargo, existen varias preguntas sin respuesta. Por ejemplo, ¿cómo ayudarían estas inyecciones a las personas que, si bien tienen sobrepeso, no están enfermas a conseguir un empleo? ¿Los solicitantes de empleo más delgados enfrentarían menos prejuicios en las entrevistas o serían más capaces de manejar trabajos físicamente exigentes? Tampoco está claro cómo estas políticas podrían enfrentar otros desafíos que afectan al desempleo, como la falta de empleos disponibles o la competencia con la inteligencia artificial, que cada vez reemplaza más trabajos.
El impacto potencial en la economía
Desde la perspectiva del gobierno británico, reducir las tasas de obesidad y las enfermedades relacionadas podría ser beneficioso tanto para los individuos como para la economía. Las enfermedades relacionadas con la obesidad generan gastos significativos en el sistema de salud, y las ausencias por enfermedad reducen la productividad de los empleados. Al abordar estos problemas de salud, el gobierno espera reducir el número de días de baja por enfermedad y mejorar la calidad de vida de las personas, lo que, en última instancia, podría traducirse en una mayor capacidad para encontrar y mantener un empleo.
A pesar de las buenas intenciones detrás de esta política, la realidad es que perder peso no es una solución mágica para el desempleo. Los factores estructurales del mercado laboral, como la falta de empleos disponibles o la automatización, siguen siendo barreras importantes para quienes buscan trabajo. Además, el hecho de que el gobierno esté invirtiendo en medicamentos costosos como Mounjaro plantea interrogantes sobre la sostenibilidad financiera de esta estrategia a largo plazo.
¿Un enfoque viable o una solución simplista?
Aunque el uso de medicamentos para la pérdida de peso podría ayudar a algunos desempleados a mejorar su salud y su situación laboral, esta no es una solución única para el problema del desempleo en el Reino Unido. Si bien la obesidad puede ser un obstáculo para algunos, no se puede ignorar la necesidad de crear más empleos y de capacitar a las personas para los desafíos del mercado laboral moderno, especialmente ante el avance de la inteligencia artificial y la automatización.
Es evidente que este enfoque del gobierno británico es novedoso y ambicioso, pero solo el tiempo dirá si realmente puede tener un impacto positivo en la economía y en las vidas de millones de personas que actualmente están fuera del mercado laboral.
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