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Pedro Pascal está viviendo el auge de su carrera como pocos actores lo han logrado después de los 40 años. Con 50 años recién cumplidos, el actor chileno-estadounidense se ha convertido en una de las figuras más codiciadas de la industria cinematográfica, y su nombre está ligado a proyectos de altísimo perfil en Marvel, Star Wars, HBO y mucho más.
En los próximos meses, lo veremos como Reed Richards, el icónico Mr. Fantástico, en el reboot de Los Cuatro Fantásticos, además de repetir este papel en Avengers: Doomsday. También lidera The Mandalorian & Grogu, la próxima película del universo Star Wars. Y por si fuera poco, es el rostro de The Last of Us en su segunda temporada, una de las series más premiadas y aclamadas de los últimos años.
Pascal también ha brillado en cine: recientemente lo vimos en Gladiador II, y tiene en puerta estrenos como Freaky Tales, The Uninvited, Materialists (con Chris Evans y Dakota Johnson) y Eddington, donde compartirá pantalla con Joaquin Phoenix, Emma Stone y Austin Butler bajo la dirección de Ari Aster.
Sin embargo, lo más fascinante de su ascenso es que ocurrió de forma tardía. Tras casi dos décadas en papeles menores —pasando apuros económicos y sobreviviendo gracias a pequeños papeles en televisión— Pascal se catapultó al estrellato global gracias a su papel de Oberyn Martell en Game of Thrones. Desde entonces, ha construido una carrera que desafía los modelos clásicos del galán de Hollywood: carismático, versátil, comprometido y, sobre todo, humano.
En una industria donde muchos actores son encasillados o quemados por el peso de su fama, Pascal ha sabido mantener una imagen fresca, accesible y comprometida. Su historia personal —como inmigrante que escapó de la dictadura chilena, su apoyo público a la comunidad LGBTQ+ y su defensa a colegas jóvenes como Rachel Zegler— ha cimentado su estatus como figura querida dentro y fuera de la pantalla.
Aun así, su fama se enfrenta ahora a una nueva prueba. ¿Logrará consolidarse como una verdadera superestrella de taquilla en un momento en que el concepto mismo de “estrella de cine” está en crisis? El destino de Pedro Pascal todavía está en construcción, pero su trayectoria ya es, sin duda, una de las más inspiradoras de su generación.