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Los medicamentos GLP-1 como Ozempic y Wegovy están revolucionando la atención médica en los Estados Unidos. Aunque inicialmente fueron desarrollados para tratar la diabetes y la obesidad, su alcance está demostrando ser mucho más amplio. La FDA ya ha aprobado Wegovy para tratar enfermedades cardiovasculares, y se están explorando sus beneficios potenciales para una lista cada vez mayor de afecciones, que incluyen asma, artritis, psoriasis, enfermedades hepáticas, depresión, trastornos oculares, Alzheimer e incluso ciertos tipos de cáncer.
Un reciente estudio sugiere que los GLP-1 podrían reducir el riesgo de hasta 10 tipos diferentes de cáncer. La posibilidad de que estos medicamentos aborden la causa subyacente de muchas enfermedades prevalentes, como la inflamación, está transformando la manera en que pensamos sobre la salud. Si algunos de los estudios en curso resultan exitosos, podríamos estar frente a un cambio radical en la forma en que se maneja la atención médica.
Sin embargo, a pesar de todos los beneficios que prometen, los GLP-1 también están exponiendo problemas profundos en el sistema de salud de EE.UU. Desde los altos costos de los medicamentos hasta la desigualdad en el acceso, el auge de estos fármacos está resaltando las disfunciones estructurales del sistema.
Los medicamentos son demasiado caros
Uno de los mayores problemas es el alto costo de los GLP-1 en EE.UU. Con un precio de hasta $15,000 al año, son mucho más caros que en otros países desarrollados. Esta situación está impulsando el aumento de los costos de la atención médica, lo que afecta especialmente a los empleadores privados, quienes ya enfrentan una tendencia insostenible en los gastos de salud. Algunos estudios sugieren que la adopción generalizada de los GLP-1, sin controles de costos, podría llevar a la quiebra a Medicare y al sistema de salud en general.
Además, el acceso a estos medicamentos sigue siendo desigual. Mientras que aquellos que pueden pagar de su bolsillo están acaparando el suministro, las personas que dependen de Medicare o Medicaid, quienes suelen estar más afectadas por la obesidad y la diabetes, tienen un acceso mucho más limitado. Por ejemplo, aunque Eli Lilly ha reducido el precio de Zepbound para quienes pagan sin seguro, sigue siendo inaccesible para muchos, ya que aún cuesta varios cientos de dólares al mes.
La fiebre del oro en la atención médica
El auge de los GLP-1 también está impulsando una carrera por capitalizar esta nueva demanda. Las compañías farmacéuticas, los proveedores de telemedicina e incluso los vendedores de suplementos están aprovechando la popularidad de estos medicamentos para dirigirse directamente a los consumidores. Sin embargo, esto ha dado lugar a ciertos riesgos. Algunos proveedores están prescribiendo versiones genéricas compuestas de los GLP-1, lo que ha llevado a la FDA a advertir sobre posibles problemas de seguridad.
La fiebre por estos medicamentos está mostrando cómo la atención médica en los EE.UU. puede convertirse rápidamente en una industria impulsada por el beneficio, lo que plantea preguntas sobre la equidad, la seguridad y la sostenibilidad del sistema.
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