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México intercepta nuevo caso de gusano barrenador: el reto sanitario que preocupa al campo y a Estados Unidos

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La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) confirmó la detección de un nuevo caso del gusano barrenador del ganado (GBG) en el norte de México, específicamente en el municipio de Montemorelos, Nuevo León, una zona cercana a la frontera con Estados Unidos.

El hallazgo vuelve a encender las alertas sanitarias, ya que este parásito —capaz de causar graves daños al ganado bovino, caprino y porcino— había sido erradicado durante años y su reaparición amenaza con generar pérdidas económicas millonarias y tensiones diplomáticas.


¿Qué ocurrió en Nuevo León?

El nuevo caso fue identificado gracias a los controles implementados por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica). Las autoridades detectaron a un becerro infectado que provenía del sur-sureste del país.

Sin embargo, la situación no evolucionó de forma grave:

“Las larvas estaban muertas o intoxicadas por el antiparasitario ivermectina y el baño larvicida que se implementan de manera obligatoria en el doble tratamiento establecido como parte del nuevo protocolo contra el GBG”, detalló la Secretaría de Agricultura.

Este hallazgo demuestra que los protocolos de bioseguridad están funcionando, pues el caso fue detectado y controlado antes de que el insecto pudiera reproducirse y propagarse.


Una plaga con impacto internacional

El gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax) es una de las plagas más temidas por el sector pecuario. Se trata de una larva de mosca que invade heridas en animales de sangre caliente, alimentándose del tejido vivo y provocando infecciones severas, pérdida de peso y hasta la muerte del ganado si no se trata a tiempo.

Su reaparición en México, luego de haber sido erradicada oficialmente en 1991, ha generado inquietud en Estados Unidos, donde el Departamento de Agricultura (USDA) colabora activamente con las autoridades mexicanas para evitar que la plaga cruce la frontera.

El brote también ha reavivado tensiones diplomáticas, pues Washington ha expresado preocupación por el control sanitario en el sur de México y en las rutas de transporte ganadero que conectan ambos países.


La ivermectina, protagonista en el control sanitario

La ivermectina ha sido clave en el combate contra esta plaga. Este antiparasitario —usado tanto en medicina veterinaria como humana— logra intoxicar las larvas del gusano barrenador, evitando su reproducción.

Además, la Secretaría de Agricultura ha implementado un protocolo de doble tratamiento:

  1. Aplicación de ivermectina.
  2. Baños larvicidas para asegurar la eliminación de cualquier vestigio de infestación.

Gracias a este esquema, las larvas detectadas en Nuevo León fueron encontradas ya muertas, lo que evita un nuevo foco de contagio.


El papel del Senasica y la cooperación con Estados Unidos

Tras confirmar el caso en laboratorio, la SADER activó un protocolo especial de contención inmediata y notificó a su contraparte estadounidense, el Servicio de Inspección Sanitaria de Animales y Plantas (APHIS-USDA).

El objetivo es mantener resguardadas las zonas libres de gusano barrenador en ambos países. Los técnicos mexicanos detectaron el caso en el tercer punto de control, lo que refleja que las medidas de supervisión funcionan correctamente.

El estado de las larvas —muertas o intoxicadas— las hace inviables para su reproducción, por lo que no hay riesgo de brote activo en la región.


Un desafío constante para el sector ganadero

La presencia del gusano barrenador ha sido históricamente un reto sanitario para México. Según informes recientes, los casos aumentaron 32% durante 2025, concentrándose en el sureste del país.

Este repunte se asocia a varios factores:

  • El movimiento ilegal de ganado sin certificación sanitaria.
  • Condiciones climáticas favorables para la reproducción de la mosca.
  • Falta de control en zonas rurales remotas.

El gobierno mexicano, en coordinación con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el USDA, ha reforzado los programas de vigilancia epidemiológica y las campañas de vacunación preventiva.


Mirando al futuro: prevención, control y cooperación

El caso de Nuevo León no representa una crisis inmediata, pero sí un recordatorio de que la bioseguridad en el campo mexicano requiere vigilancia constante y cooperación internacional.

El reto no solo es sanitario: la ganadería es uno de los pilares de exportación del país, y un brote fuera de control podría afectar los acuerdos comerciales con Estados Unidos y otros socios.

México busca mantener su estatus como nación libre del gusano barrenador mediante una estrategia que combina monitoreo científico, control fronterizo, campañas informativas y cooperación binacional.

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