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Las acciones en Asia continúan su ascenso en medio de un creciente apetito por el riesgo, impulsado por las últimas medidas de estímulo de China y el optimismo económico en Estados Unidos.
En Australia, los índices bursátiles registraron avances, mientras que el CSI 300 de China se prepara para su mayor ganancia semanal en casi una década. Esto ocurre después de que las autoridades chinas prometieran aumentar el apoyo fiscal y estabilizar el sector inmobiliario para reactivar el crecimiento. Además, el índice Nikkei de Japón se posiciona para borrar todas las pérdidas sufridas desde la subida de tasas de interés del Banco de Japón el 31 de julio.
En Estados Unidos, los futuros de los índices bursátiles se mantuvieron estables después de que el S&P 500 cerrara con su 42º récord del año. El dólar se recuperó ligeramente el viernes, mientras que los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años se mantuvieron planos.
El estímulo en las dos economías más grandes del mundo ha sido un catalizador clave para los mercados esta semana. El oro se dirige a su tercera ganancia semanal consecutiva y China ha reducido la cantidad de efectivo que los bancos deben mantener en reserva. Se espera que el índice preferido de inflación de la Reserva Federal y los datos sobre la demanda de los consumidores proporcionen más pistas sobre el rumbo de las tasas de interés en Estados Unidos.
Los analistas destacan que las mayores medidas de estímulo en China, combinadas con la expectativa de un ciclo de recortes agresivos por parte de la Fed, crean un panorama favorable para los activos de riesgo. Sin embargo, el yen se debilitó frente al dólar en Japón antes de las elecciones de liderazgo y la inflación en Tokio mostró signos de alivio gracias a los subsidios energéticos reinstaurados por el primer ministro saliente Fumio Kishida.
En Estados Unidos, los datos revisados mostraron que la economía está en mejor forma de lo esperado, impulsada principalmente por un mayor crecimiento basado en el consumo y los ingresos robustos. Sin embargo, los inversores esperaban obtener más detalles sobre la política monetaria en el discurso del presidente de la Fed, Jerome Powell, que dejó preguntas sin respuesta sobre el futuro económico.