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China salió magullada de su guerra comercial con Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump, pero finalmente logró recuperarse. Sin embargo, si Trump gana la Casa Blanca en noviembre, la segunda ronda será mucho más dura.
El candidato republicano ha dicho que aumentaría los aranceles sobre las importaciones chinas a un 60% o más si gana las elecciones presidenciales de este año. El daño económico para China sería mucho más severo que en el primer mandato de Trump, ya que los aranceles serían más altos y la economía china es mucho más vulnerable.
Trump «estará golpeando la economía china mientras se desinfla», dijo Matthew Gertken, estratega geopolítico jefe de BCA Research. «Son más vulnerables».
La Primera Guerra Comercial y sus Consecuencias
La guerra comercial estalló en 2018 cuando Trump impuso aranceles de hasta un 25% sobre $350 mil millones en importaciones de China, que representaban el 65% del total de 2018, incluyendo paneles solares, lavadoras, acero y aluminio. China respondió con aranceles propios sobre productos estadounidenses.
La mayoría de los economistas coinciden en que China fue la más perjudicada en esa lucha comercial, pero el efecto no duró mucho. Sus exportaciones se recuperaron con fuerza durante la pandemia, ya que los consumidores confinados en Occidente se lanzaron a comprar productos electrónicos de consumo y otros bienes para el hogar.
Desde entonces, los exportadores chinos han encontrado nuevos mercados, ayudados por el apoyo estatal y precios bajos. El superávit de China en el comercio de bienes alcanzó un récord mensual en junio de casi $100 mil millones, impulsado por las exportaciones a la Unión Europea y el sudeste asiático.
La Fragilidad de la Economía China
El auge de las exportaciones es un punto brillante en una economía que de otro modo estaría luchando. Una crisis inmobiliaria épica está ahora en su tercer año. Quemados por el colapso inmobiliario y el trauma persistente de la pandemia, los consumidores chinos están manteniendo un control estricto sobre sus gastos. Las finanzas del gobierno local están bajo una presión severa, y la confianza del sector privado está en declive.
Esta dependencia de la manufactura y las exportaciones hace que China sea mucho más sensible a una escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Patrick Zweifel, economista jefe de Pictet Asset Management, estima que si una presidencia de Kamala Harris mantuviera la política arancelaria más selectiva de la administración Biden, podría reducir quizás 0.03 puntos porcentuales del crecimiento económico chino el próximo año.
Sin embargo, aumentar los aranceles al 60% en todos los productos chinos, como ha propuesto Trump, tendría un impacto mucho mayor, tal vez de 1.4 puntos porcentuales, lo que en sus previsiones reduciría el crecimiento en 2025 a alrededor del 3.4% desde un 4.8% esperado.