Subscribe to our YouTube channel
La oferta monetaria de los EE. UU. está haciendo historia por primera vez desde la Gran Depresión, lo que indica que un movimiento significativo en las acciones puede ser inminente. Las dos medidas principales de la oferta monetaria, M1 y M2, están causando preocupación entre los economistas e inversores. M1 incluye todo el efectivo y las monedas en circulación y los depósitos a la vista en una cuenta corriente, mientras que M2 incluye todo en M1 más las cuentas de ahorro, las cuentas del mercado monetario y los certificados de depósito por debajo de $100,000.
Históricamente, la oferta monetaria de los EE. UU. ha estado aumentando con poca interrupción, ya que una economía en crecimiento requiere más efectivo y monedas en circulación para completar las transacciones. Sin embargo, ha habido casos raros en los que la oferta monetaria de los EE. UU. ha disminuido significativamente, lo que generalmente ha señalado malas noticias para la economía y el mercado de valores de los EE. UU.
En julio de 2022, la oferta monetaria M2 de los EE. UU. alcanzó un máximo histórico de aproximadamente $21.7 billones. A partir de enero de 2024, M2 se situó en $20.78 billones, lo que representa una caída interanual del 1.44% y una disminución agregada desde el pico de julio de 2022 del 4.21%. Esta es la primera caída significativa en M2 desde la Gran Depresión.
Si bien el conocimiento de la Reserva Federal sobre la política monetaria y las herramientas fiscales disponibles para el gobierno federal hacen poco probable que ocurra una depresión hoy, una oferta monetaria decreciente no es algo que se deba ignorar. Si la tasa de inflación central permanece por encima del objetivo a largo plazo del 2% de la Fed y M2 continúa disminuyendo, habrá menos ingresos discrecionales disponibles.
Otro factor preocupante es la contracción del crédito bancario comercial, que incluye todos los préstamos, arrendamientos y valores en poder de los bancos comerciales de los EE. UU. Esta contracción indica que los bancos han endurecido sus normas de préstamo, lo que puede llevar a las empresas a reducir la contratación, la innovación y las adquisiciones, lo que podría señalar una desaceleración económica.
A pesar de estas preocupaciones, la historia ha demostrado que los inversores a largo plazo aún pueden tener éxito. Las recesiones son una parte normal del ciclo económico y suelen ser de corta duración, mientras que los períodos de crecimiento suelen ser eventos de varios años. Además, todos los 105 períodos de 20 años desde 1900 han producido un rendimiento total positivo para el S&P 500. Por lo tanto, siempre que los inversores se mantengan pacientes y mantengan sus posiciones durante un largo período, es probable que ganen dinero.