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Berlín — Klaus-Michael Kuehne, el principal accionista de Lufthansa, ha lanzado una crítica directa a la gestión de la aerolínea alemana, instando a la dirección ejecutiva a adoptar una postura más firme frente a la resistencia de los sindicatos y representantes laborales. Según declaraciones del multimillonario a Welt am Sonntag, los desafíos estructurales dentro del grupo están afectando su competitividad, y la pasividad de la gerencia podría estar perjudicando el valor de las acciones.
Kuehne, a través de su firma Kuehne Aviation, posee aproximadamente el 15% de las acciones de Lufthansa, lo que lo convierte en el mayor accionista individual del consorcio. A sus 87 años, también mantiene importantes participaciones en otras grandes corporaciones como la suiza Kuehne + Nagel y la distribuidora de productos químicos alemana Brenntag.
“Queda por ver si el consejo ejecutivo está actuando con suficiente decisión. En mi opinión, se podría hacer mucho más”, expresó Kuehne en la entrevista, manifestando su frustración por las huelgas y bloqueos generados por el comité de empresa y las negociaciones laborales. Esta presión sindical, según él, dificulta enormemente la ejecución de decisiones estratégicas.
Lufthansa ha estado apostando fuertemente por sus rutas transatlánticas, consideradas clave para revitalizar su marca principal, especialmente en un entorno donde el aumento de los costos laborales y la presión competitiva de aerolíneas asiáticas han limitado sus márgenes. Sin embargo, los avances financieros han sido tibios.
Las acciones del grupo —que también incluye a las aerolíneas Swiss, Austrian y la recién adquirida ITA Airways de Italia— han mostrado una subida de aproximadamente el 6% en lo que va del año. Esta cifra, si bien está en línea con el rendimiento de Air France-KLM, se encuentra muy por debajo del crecimiento experimentado por International Airlines Group (IAG), matriz de British Airways.
El llamado de Kuehne resalta la tensión persistente entre la necesidad de reformas estructurales para asegurar la rentabilidad a largo plazo y la fuerza de los sindicatos en una industria donde los acuerdos colectivos tienen un peso determinante.
La advertencia del inversionista se suma a un entorno desafiante para Lufthansa, que aún intenta superar las secuelas de la pandemia y responder con agilidad a un mercado aéreo en rápida transformación.
Las decisiones que tome la alta dirección en los próximos meses —particularmente en relación con su estrategia laboral y operativa— podrían ser decisivas para el futuro financiero de la compañía y su posición en el competitivo escenario global de la aviación.
