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El Congreso de Estados Unidos se encuentra debatiendo uno de los paquetes legislativos más polémicos y ambiciosos del actual ciclo político: el megaproyecto presupuestal promovido por el expresidente y actual candidato Donald Trump, conocido como el One Big Beautiful Bill Act. Entre sus múltiples disposiciones, una de las más controvertidas —y de mayor impacto para millones de familias migrantes— es la inclusión de un impuesto del 1% sobre las remesas enviadas al extranjero en efectivo o por instrumentos físicos.
¿Qué propone exactamente esta medida?
La propuesta aparece detallada en la sección 70605 del proyecto de ley y establece que toda persona que envíe una remesa en efectivo, money order, cheque de caja u otro instrumento físico similar deberá pagar un impuesto del 1% sobre el monto total transferido. Este impuesto no aplica a transferencias electrónicas hechas desde cuentas bancarias o mediante tarjetas emitidas en Estados Unidos, lo que podría empujar a los usuarios hacia medios digitales —aunque muchas comunidades migrantes aún dependen de métodos tradicionales.
Puntos clave de la propuesta:
- Monto del impuesto: 1% del total enviado.
- Responsabilidad: La persona que envía la remesa debe pagar el impuesto.
- Recolección: Las empresas que prestan servicios de envío de dinero deben retener el impuesto y transferirlo trimestralmente al gobierno.
- Responsabilidad subsidiaria: Si la empresa no lo retiene, deberá pagarlo directamente.
- Fecha de entrada en vigor: 1 de enero de 2026.
¿A quién afecta esta medida?
Principalmente a las comunidades migrantes de origen latinoamericano. California, por ejemplo, es el principal destino de migrantes mexicanos, salvadoreños y guatemaltecos, y desde ahí se originan cerca del 20% del total de remesas enviadas a México.
En 2024, México recibió más de 63 mil millones de dólares en remesas, un récord histórico. Si se aplicara el impuesto propuesto, esto representaría al menos 630 millones de dólares en cargas adicionales para las familias que dependen de ese dinero para sobrevivir.
¿Qué dice México al respecto?
El Banco de México (Banxico) ya ha manifestado su preocupación, advirtiendo que este impuesto podría generar distorsiones en los flujos financieros, aumentar el uso de canales informales (que escapan al control institucional) y afectar gravemente el bienestar de los hogares receptores. Esto, a su vez, podría tener un efecto negativo en el consumo y en la economía de regiones que dependen fuertemente de las remesas.
¿Qué otros temas incluye el proyecto?
Además del impuesto a remesas, el megaproyecto de 940 páginas contempla:
- La ampliación de recortes fiscales iniciados en 2017.
- Reducciones al gasto social, especialmente en programas de salud como Medicaid.
- Aumentos en defensa y control fronterizo.
- Una supuesta estrategia para reducir el déficit, que sin embargo ha sido criticada por analistas que advierten que podría aumentar la deuda pública.
¿Qué sigue?
El Senado tiene programada una votación inicial, y si esta es favorable, el proyecto pasará a debate final. Trump ha presionado para que se apruebe antes del 4 de julio, lo que le daría una victoria simbólica en pleno año electoral. Sin embargo, los demócratas ya han advertido que presentarán enmiendas, aunque en una cámara dominada por republicanos, sus propuestas tienen pocas posibilidades de avanzar.
Conclusión
Más allá del debate legislativo, lo que está en juego es el futuro de millones de familias que dependen de las remesas para sobrevivir. Si se aprueba este impuesto, el costo de mantener ese apoyo aumentará considerablemente, y el sistema financiero podría enfrentar una creciente informalidad.