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General Motors (GM) anunció su decisión de cerrar su división de taxis autónomos, Cruise, tras enfrentar altos costos de inversión y desafíos regulatorios. Este movimiento ha generado opiniones encontradas en Wall Street, con algunos analistas elogiando la medida como un paso necesario para enfocarse en su negocio principal, mientras que otros lo ven como un revés significativo en sus ambiciones tecnológicas.
Una apuesta que no rindió frutos
Cruise, que alguna vez fue promocionada por GM como una futura fuente de ingresos de $50,000 millones anuales para 2030, ahora enfrenta un cierre definitivo. Desde 2016, GM invirtió aproximadamente $10,000 millones en esta iniciativa, pero diversos problemas, como la falta de aprobación regulatoria y un accidente grave en 2023, pusieron en jaque su viabilidad.
Mary Barra, CEO de GM, explicó que «no construimos las relaciones adecuadas con los reguladores», lo que retrasó el despliegue comercial de sus vehículos autónomos.
Reacción de los mercados y analistas
Tras el anuncio, las acciones de GM subieron brevemente, pero cerraron el miércoles con una caída del 1.3%. Analistas como Garrett Nelson, de CFRA Research, consideran que esta decisión puede restaurar la confianza de los inversionistas, quienes ya habían mostrado su descontento por la falta de resultados de Cruise.
Sin embargo, Nelson también calificó la noticia como «un golpe a la credibilidad de la gestión de GM», ya que, hasta hace poco, la compañía seguía prometiendo grandes ingresos de Cruise.
El panorama competitivo: Waymo, Tesla y más
GM enfrentaba una dura competencia en el espacio de los vehículos autónomos. Empresas como Waymo (Alphabet), Tesla y Baidu están mejor financiadas y cuentan con tecnologías más avanzadas, según analistas. A diferencia de GM, Alphabet puede absorber las pérdidas millonarias de Waymo gracias a sus ingresos anuales de más de $100,000 millones.
Regreso a las raíces: vehículos a gasolina
En medio de esta decisión, GM anunció que reforzará su enfoque en la fabricación de camionetas y vehículos grandes a gasolina, mientras reduce su apuesta por los vehículos eléctricos y reestructura operaciones internacionales, como su negocio en China.
Relación con Trump y el futuro regulatorio
Con el regreso de Donald Trump a la presidencia, Barra espera una relación más constructiva. GM busca colaborar con la administración para establecer un marco regulatorio federal para los vehículos autónomos, algo que considera clave para el avance del sector.
Sin embargo, Barra también expresó preocupación por algunas de las políticas propuestas por Trump, como eliminar los créditos fiscales para vehículos eléctricos y aumentar los aranceles a México y Canadá, lo que podría impactar negativamente a la empresa.