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La brecha entre los mercados de valores de Europa y Estados Unidos se ha ampliado al máximo en casi 30 años, y la reelección de Donald Trump parece haber acelerado esta tendencia. Mientras que el índice S&P 500 de EE.UU. ha alcanzado un incremento del 25% en lo que va del año, el índice europeo Stoxx 600 apenas ha subido un 5%. Este es el mayor desfase en rendimiento desde 1995, según datos de Bloomberg.
La situación es compleja para Europa. La economía de la región ya mostraba un crecimiento moderado, y la posibilidad de nuevos aranceles sobre sus exportaciones y de un conflicto comercial entre EE.UU. y China amenaza con limitar aún más las perspectivas económicas europeas. Michael Kelly, jefe global de multi-activos en Pinebridge Investments, señaló que «Europa tiene una gran diana sobre su cabeza en todos estos temas comerciales.»
Ante este contexto, los inversores están priorizando activos en EE.UU. La encuesta de Bank of America Corp. muestra un aumento significativo en la asignación de fondos hacia las acciones estadounidenses, mientras que la exposición a las acciones de la eurozona se mantiene baja.
A pesar de que las acciones estadounidenses son considerablemente más caras —el S&P 500 se cotiza a 22,5 veces las ganancias proyectadas— la expectativa de un crecimiento económico y de beneficios más rápido en EE.UU. sigue impulsando la demanda. Kathleen Brooks, directora de investigación en XTB, comenta que la ventaja de EE.UU. sobre Europa parece sólida y difícil de revertir en el corto plazo.
Con la reelección de Trump y su enfoque pro-EE.UU., parece que la dominancia del mercado estadounidense continuará, dejando a Europa con el desafío de encontrar estrategias para competir en este entorno de alta volatilidad y fuerte competencia.
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