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Estados Unidos lidera la inversión en América Latina, pero China gana la batalla comercial

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En medio de un mundo cada vez más polarizado y competitivo, América Latina y el Caribe se han convertido en el campo de batalla silencioso entre Estados Unidos y China, las dos principales potencias económicas del planeta. Aunque sus estrategias difieren, ambos países compiten por influencia, recursos estratégicos y posición geopolítica en una región clave por su ubicación, materias primas y necesidades de desarrollo.

Durante 2024, los países latinoamericanos captaron 188,962 millones de dólares en inversión extranjera directa (IED). De esa cifra, Estados Unidos aportó el 38%, consolidando su posición como el principal socio financiero de la región. En contraste, China apenas contribuyó con un 2%, pero esa cifra no refleja del todo el poder que el gigante asiático ejerce actualmente en el comercio regional.


El dominio comercial de China crece paso a paso

A pesar de no liderar en inversión directa, China ha logrado conquistar el terreno comercial. En 2024, sus exportaciones a América Latina superaron los 245,000 millones de dólares, con una creciente presencia en sectores como acero, vehículos eléctricos, productos químicos, maquinaria y plásticos. Países como Brasil, Argentina, Perú, Chile, Uruguay y Venezuela ya consideran a China como su principal proveedor de bienes.

Mientras tanto, Estados Unidos mantiene el liderazgo absoluto en exportaciones a la región, con más de 540,000 millones de dólares en 2024, pero el 60% de esas exportaciones se dirigen exclusivamente a México, lo que deja en evidencia su concentración y dependencia de un solo socio.

Esta diferencia marca una clara división: Estados Unidos apuesta por su rol tradicional en el hemisferio, mientras que China diversifica su presencia comercial y se extiende hacia toda Sudamérica.


Más que comercio: préstamos, infraestructura y diplomacia china

China no solo vende. Presta, construye y genera alianzas estratégicas. A través de empresas estatales, ha logrado posicionarse en sectores clave como energía, infraestructura, telecomunicaciones e incluso exploración espacial. En 2025, organizó una cumbre con líderes de América Latina donde el presidente Xi Jinping anunció una línea de crédito por 9,000 millones de dólares, dirigida a proyectos en la región.

Esto va más allá de lo económico. China fortalece su presencia diplomática y genera lazos estratégicos con países tradicionalmente aliados de Estados Unidos. Para Washington, este movimiento tiene implicaciones geopolíticas profundas: el temor de una influencia asiática que debilite su posición histórica en la región.


Trump endurece el tono y China responde con expansión

Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, el tono se ha endurecido. Las políticas de aranceles, sanciones y confrontación han escalado las tensiones comerciales. Sin embargo, según expertos de Americas Market Intelligence, estas presiones no detienen a China. Al contrario: sus exportaciones siguen creciendo, y su huella comercial se expande silenciosamente.

Entre enero y mayo de 2025, el comercio chino con América Latina creció a doble dígito, especialmente en países del Cono Sur. Los analistas proyectan que en menos de una década, China podría convertirse en el principal socio comercial de América Latina, superando incluso a Estados Unidos.


¿Un nuevo orden económico regional?

Las proyecciones del Atlantic Council, basadas en modelos del Centro Pardee de la Universidad de Denver, muestran dos posibles futuros:

  • En el primero, Estados Unidos mantiene el liderazgo comercial hasta 2035.
  • En el segundo, más probable si se mantienen las tendencias actuales, China superará a Estados Unidos en participación comercial en América Latina.

Ese cambio implicaría nuevas monedas, nuevos tratados, nuevas rutas de exportación y mayor dependencia del comercio con Asia, especialmente en sectores como minerales críticos, alimentos procesados y energía.


¿Quién ganará esta carrera silenciosa?

China no necesita invertir tanto para dominar. Prefiere tomar las rutas logísticas, conquistar aduanas y ofrecer créditos flexibles. Estados Unidos, mientras tanto, se esfuerza por mantener su influencia con tratados, presión diplomática y financiamiento tradicional. Pero el mapa comercial se está redibujando, y la mancha roja china avanza con rapidez.

Hoy, casi el 80% de los países del mundo importan más productos desde China que desde Estados Unidos, según el Lowy Institute. ¿Podrá Estados Unidos recuperar su hegemonía o estamos ante un nuevo orden económico liderado por Beijing?

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