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Tomar decisiones con el dinero puede parecer, en teoría, un proceso racional. Sin embargo, la realidad para millones de personas es muy distinta: el dinero está profundamente entrelazado con emociones como miedo, ansiedad, culpa y frustración. Y entender esta relación emocional es clave para lograr una vida financiera más saludable, especialmente al planificar la jubilación.
Mary Clements Evans, planificadora financiera certificada y especialista en terapia financiera, explora este vínculo en profundidad en su nuevo libro “Emotionally Invested: Outsmart Your Anxiety for Fearless Retirement Planning”. En él, desmenuza cómo el miedo al futuro o a quedarse fuera de oportunidades puede sabotear incluso a los individuos más educados financieramente.
¿Cuál es tu “por qué” del dinero?
Evans introduce el concepto de “money why” o “por qué del dinero”: la razón emocional que subyace a nuestras decisiones económicas. Algunas personas gastan sin pensar impulsadas por el temor de quedarse fuera (FOMO, por sus siglas en inglés), mientras que otras acumulan recursos por miedo a quedarse sin nada (FORO).
Quienes sufren de FOMO suelen priorizar el presente: viajes, compras, reformas en el hogar. Los que viven con FORO, en cambio, están atrapados por la ansiedad del futuro: si se enferman, si pierden su trabajo, si no podrán jubilarse con dignidad.
Reconocer este patrón puede ayudar a tomar decisiones más alineadas con objetivos personales reales y no con impulsos emocionales momentáneos.
El mito de las decisiones racionales
Uno de los mensajes más contundentes del libro es que nadie toma decisiones financieras 100 % racionales. Según Evans, tomamos decisiones emocionales y luego buscamos justificarlas con datos o hechos. Así, alguien puede justificar endeudarse para comprarse un auto nuevo porque “lo necesitaba”, cuando en realidad fue un deseo emocional de estatus o confort.
La transformación del ahorro para el retiro
Evans también analiza cómo ha cambiado la forma en que los estadounidenses deben planificar su jubilación. Antes, muchas empresas ofrecían pensiones. Hoy, cada trabajador tiene la responsabilidad individual de ahorrar, invertir y gestionar sus fondos para el retiro.
Este cambio ha creado una brecha entre lo que las personas necesitan saber y lo que realmente dominan sobre el sistema financiero. La autora critica la idea de que «es fácil y cualquiera puede hacerlo solo», cuando incluso para expertos en finanzas hay aspectos del sistema que resultan confusos.
Ahorrar para sobrevivir, no solo para disfrutar
Otro concepto central es el de “ahorro para la supervivencia”. Muchos sueñan con una jubilación llena de viajes y lujos, pero la realidad es que la mayoría necesitará ahorrar simplemente para cubrir sus necesidades básicas por 20 o 30 años de vida post laboral.
La inflación, el aumento del costo de vida y la incertidumbre económica hacen que ahorrar para la vejez no sea un lujo, sino una necesidad urgente.
¿Qué es el dinero para ti?
Evans propone un ejercicio útil: terminar la frase “el dinero es…”. Las respuestas revelan mucho sobre nuestras emociones inconscientes. Para algunos, el dinero es libertad. Para otros, es angustia, poder, miedo o incluso enemigo. Reconocer estas emociones puede cambiar la forma en que interactuamos con nuestras finanzas.
Cómo elegir un asesor financiero adecuado
Evans advierte que no hay regulaciones estandarizadas para el título de “asesor financiero”. Cualquiera puede autodenominarse así sin necesariamente tener estudios sólidos o experiencia. Por eso recomienda buscar profesionales con certificaciones como el CFP (Certified Financial Planner), que requiere años de preparación y educación continua.
El gran mensaje: eliminar la culpa financiera
Finalmente, Evans busca que sus lectores dejen atrás la vergüenza y la culpa que sienten al no “haber hecho lo correcto” con su dinero. Nadie debería sentirse avergonzado por su situación financiera. Lo importante es asumir el control, entender los patrones emocionales, y buscar herramientas que nos permitan mejorar.