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Con el informe laboral reciente superando las expectativas, el escenario está listo para un enfrentamiento económico en la recta final de la campaña presidencial de 2024. La pregunta clave que se presenta a los votantes es: ¿Deberían centrarse en los 16 millones de empleos que se han creado bajo la administración de Joe Biden, o en el hecho de que los precios han aumentado en casi un 20% durante el mismo período debido a la inflación?
Esta dualidad entre el éxito en el crecimiento del empleo y la lucha contra la inflación es crucial en la disputa entre la candidata demócrata Kamala Harris y el ex presidente Donald Trump. Por un lado, los demócratas celebran el hito de la creación de empleos como una señal de una recuperación económica sólida. Pero, por otro lado, reconocen que la inflación sigue siendo una preocupación persistente para muchas familias estadounidenses, quienes han visto aumentar significativamente los costos de vida.
Los datos recientes muestran que el mercado laboral estadounidense agregó 254,000 empleos en septiembre, superando con creces las expectativas de los economistas. Sin embargo, el debate ahora se centra en cuál de estas dos realidades económicas pesará más para los votantes cuando llegue el día de las elecciones. La administración Biden-Harris celebra los logros en términos de empleo, pero no deja de reconocer que «queda mucho por hacer» para abordar el aumento de los precios, un mensaje repetido por los principales funcionarios demócratas.
Por su parte, los republicanos, encabezados por Trump, continúan enfatizando el impacto negativo de la inflación, argumentando que el incremento en los precios ha afectado más a los ciudadanos promedio que los nuevos empleos creados.
Este será un tema clave cuando los votantes acudan a las urnas el 5 de noviembre en lo que promete ser una contienda electoral muy cerrada.