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La región latinoamericana enfrenta un nuevo desafío en el escenario del comercio internacional: los aranceles recíprocos impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que han sacudido la estabilidad de los mercados globales. Ante esta coyuntura, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), a través de su secretario ejecutivo José Manuel Salazar, hizo un llamado urgente a los países del continente a diversificar sus mercados y fortalecer la integración regional.
Aranceles y la fragilidad de la dependencia
El pasado 2 de abril, Trump anunció lo que calificó como el “día de la liberación”: la imposición de tarifas recíprocas contra gran parte del mundo. Si bien algunas se suspendieron temporalmente y otras se negociaron con acuerdos bilaterales, el impacto en América Latina ha sido significativo.
México, como principal socio comercial de Estados Unidos, ha logrado sortear parte de los efectos gracias al T-MEC, aunque su alta dependencia del mercado estadounidense lo mantiene en una posición vulnerable. El 1 de agosto, la Casa Blanca otorgó a México una prórroga de 90 días, lo que refleja la volatilidad de las relaciones comerciales actuales.
Salazar advirtió que la clave no está en reemplazar importaciones desde Estados Unidos, sino en abrir nuevas rutas de comercio y diversificar las alianzas estratégicas.
La receta de la CEPAL: integración y nuevos socios
El funcionario recordó que la diversificación no se logra de un día para otro, pero insistió en que la región debe acelerar acuerdos y renovar alianzas. Entre los ejemplos más importantes mencionó el pacto comercial entre Mercosur y la Unión Europea, cerrado en diciembre tras más de dos décadas de negociación, que podría convertirse en un punto de inflexión para América Latina.
Además, la CEPAL subraya la necesidad de explorar vínculos comerciales con Asia y África, así como reforzar la integración intrarregional. Según Salazar, una América Latina unida puede enfrentar con mayor fortaleza la incertidumbre generada por las políticas proteccionistas de Washington.
Economía del cuidado: otra prioridad regional
Durante su visita a México, Salazar también participó en una conferencia regional sobre la mujer. Allí resaltó los avances logrados en la inclusión femenina en la economía, aunque advirtió que aún persiste una brecha de 22 puntos porcentuales en la participación laboral de las mujeres frente a los hombres.
El secretario ejecutivo puso sobre la mesa el concepto de “economía del cuidado”, que incluye tanto la atención a niños como a adultos mayores. Con el envejecimiento poblacional y la baja tasa de fertilidad en la región, la demanda de servicios de cuidado crecerá en las próximas décadas.
La CEPAL recomienda que los países destinen hasta 4,7% de su PIB al 2035 para este sector. De lograrse, se podrían generar 31 millones de empleos adicionales en 23 países de la región, lo que equivaldría al 12% de la fuerza laboral latinoamericana, además de aumentar los ingresos fiscales en un 20%.
Perspectiva hacia el futuro
El llamado de la CEPAL no es solo una reacción coyuntural a los aranceles de Trump, sino una hoja de ruta para reducir la dependencia estructural de América Latina respecto a Estados Unidos. Diversificar mercados, profundizar la integración y apostar por sectores como la economía del cuidado no solo permitiría blindar a la región de shocks externos, sino también sentar las bases de un desarrollo más equitativo e inclusivo.
América Latina se encuentra, una vez más, en una encrucijada histórica: o permanece atada a la volatilidad de un único socio comercial, o se reinventa apostando a una integración regional sólida y alianzas globales estratégicas.