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Las autoridades han advertido a los propietarios de vehículos eléctricos (EV) sobre el riesgo de incendio si sus automóviles se inundan con agua salada, como podría ocurrir durante el paso del huracán Helene. Aunque este problema es poco común, en los últimos años se han registrado varios casos de vehículos eléctricos que se incendiaron después de huracanes.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, instó esta semana a los propietarios de EV a trasladar sus vehículos a terrenos más altos antes de la llegada del huracán. Mantener los vehículos eléctricos fuera del agua estancada es la mejor forma de evitar el riesgo de incendio.
Tesla, por ejemplo, sugiere remolcar el vehículo a una distancia de al menos 15 metros de cualquier estructura o material combustible si se ha sumergido en agua salada, hasta que un mecánico lo revise.
Además, es recomendable mantener los EV cargados antes de una tormenta para evitar quedarse varado, ya que durante los cortes de electricidad, tanto las estaciones de carga como las gasolineras no estarán operativas.
¿Qué tan comunes son los incendios de EV después de inundaciones?
Desde el huracán Sandy en 2012, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) ha estado investigando este problema. Durante el huracán Ian en 2022, alrededor de 5,000 vehículos eléctricos sufrieron daños en sus baterías, y al menos 36 de ellos se incendiaron.
¿Qué causa que los EV se incendien?
Los vehículos eléctricos con baterías de iones de litio pueden incendiarse si las baterías sufren un cortocircuito debido al contacto con agua salada. Esto puede desencadenar una reacción en cadena llamada «fuga térmica», según Tom Barth de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB).
A medida que las autoridades continúan aprendiendo sobre este riesgo, la NHTSA está trabajando para actualizar los requisitos de seguridad de las baterías de los vehículos eléctricos y reducir los riesgos.
