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El presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), Emilio Romano, fue enfático: el efectivo sigue siendo un terreno fértil para la evasión fiscal, el crimen organizado y el lavado de dinero. Por ello, planteó la urgencia de elevar el uso de pagos digitales como parte de una estrategia nacional para modernizar la economía y blindar al sistema financiero.
Durante el panel La banca y la innovación tecnológica en el Foro Prosa 2025, Romano comparó el dinero en efectivo con un “precursor de muchas cosas no buenas”, desde operaciones ilegales hasta prácticas de evasión que afectan directamente a la recaudación pública.
El problema del efectivo en la economía mexicana
México aún depende fuertemente del efectivo. Según estimaciones del sector financiero:
- Una gran parte de las operaciones de alto valor en efectivo están vinculadas a actividades ilícitas.
- El uso de billetes de alta denominación suele asociarse con evasión fiscal, narcotráfico y contrabando.
- Pese a los avances tecnológicos, millones de mexicanos carecen de acceso a la banca digital y dependen del efectivo para sus transacciones diarias.
Romano reconoció que el efectivo es útil en comunidades no bancarizadas y para pagos pequeños, pero insistió en que su exceso representa un riesgo económico y de seguridad nacional.
La oportunidad de los pagos digitales
El presidente de la ABM subrayó tres beneficios principales de impulsar la digitalización financiera:
- Trazabilidad: cada operación digital deja un rastro, lo que reduce la evasión y facilita la fiscalización.
- Seguridad: al mover menos efectivo, se reduce la exposición de comercios y personas a robos o extorsiones.
- Inclusión: las nuevas plataformas permiten que más personas, incluso en zonas rurales, puedan acceder a productos financieros.
Actualmente, los bancos mexicanos procesan 57 millones de operaciones digitales al día, lo que muestra el potencial de crecimiento de este sector.
Cooperación internacional contra el lavado
Romano también compartió detalles de su visita a Washington, donde dialogó con autoridades del Tesoro, la Red de Control de Delitos Financieros y la Oficina de Control de Activos Extranjeros. El objetivo: reforzar la cooperación binacional en la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento al crimen organizado.
Destacó una reunión positiva con John K. Hurley, subsecretario de Inteligencia Financiera y Combate al Terrorismo de EE. UU., en la que se acordó fortalecer el intercambio de información entre autoridades y bancos para hacer frente al crimen organizado y mejorar la resiliencia de la banca mexicana.
Retos y próximos pasos
Aunque la banca mexicana cumple con los estándares internacionales más altos, la inclusión financiera sigue siendo el reto principal. Para que los pagos digitales puedan desplazar al efectivo, será necesario:
- Invertir en infraestructura digital en zonas rurales.
- Incentivar a pequeños comercios y usuarios a migrar hacia plataformas electrónicas.
- Fortalecer la ciberseguridad, garantizando confianza en el sistema.
Romano concluyó que la banca debe seguir innovando para ofrecer soluciones que no solo reduzcan riesgos, sino que también democraticen el acceso a los servicios financieros.