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El problema de las empresas fantasma en México vuelve a estar en el centro del debate. Entre enero y julio de 2025, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) detectó un total de 184 compañías que simulan operaciones, la cifra más alta desde 2022 y que rompe con la tendencia a la baja que se venía observando desde la pandemia de 2020.
¿Qué son las empresas fantasma y cómo operan?
Las llamadas “empresas fantasma” son aquellas que emiten comprobantes fiscales sin contar con activos, personal, infraestructura o capacidad material para producir o comercializar bienes y servicios. En la práctica, se convierten en mecanismos para la evasión de impuestos y, en muchos casos, para el lavado de dinero.
Cuando el SAT identifica este tipo de operaciones, procede a notificar a los contribuyentes involucrados bajo el artículo 69-B del Código Fiscal de la Federación, otorgándoles un plazo de 15 días hábiles para presentar pruebas que desvirtúen las acusaciones. Sin embargo, en la mayoría de los casos las empresas no logran demostrar lo contrario y terminan siendo clasificadas oficialmente como “fantasma”.
Cifras que preocupan
El recuento de 2025 refleja una situación alarmante:
- 184 empresas detectadas solo hasta julio, superando las 140 que se reportaron durante todo 2024.
- Desde el inicio del gobierno de Claudia Sheinbaum, en apenas 10 meses, ya se han detectado 223 compañías fantasma.
- De 2019 a la fecha, el SAT ha acumulado 4,789 firmas sancionadas por simular operaciones.
La evolución histórica muestra altibajos: en 2019 se notificaron 2,202 casos, en 2020 bajaron a 935, en 2021 fueron 1,145 y en 2022 apenas 145. El número tocó fondo en 2023 con 38 casos, pero la tendencia cambió drásticamente en 2025.
Impacto en la economía y en los contribuyentes
El incremento de estas prácticas tiene un doble impacto:
- En las finanzas públicas: se reduce la recaudación tributaria y se genera un hueco que obliga al Estado a buscar otras fuentes de ingreso.
- En la competencia económica: las empresas legales enfrentan una desventaja frente a aquellas que operan en la ilegalidad, al simular gastos y reducir artificialmente sus cargas fiscales.
Además, todas las facturas y operaciones emitidas por estas empresas son declaradas inválidas, lo que afecta también a los negocios que, de manera consciente o no, llegaron a contratarlas.
La respuesta de las empresas implicadas
De acuerdo con los datos del SAT, entre enero y julio de 2025, ninguna de las más de 140 compañías notificadas pudo comprobar que sus operaciones eran reales. Solo cuatro empresas lograron desvirtuar las acusaciones, demostrando que no eran simuladoras.
Esto revela que la gran mayoría de los contribuyentes señalados operaban efectivamente como fachadas fiscales, un problema que continúa debilitando la confianza en el sistema tributario mexicano.
Conclusión
El aumento de empresas fantasma en México evidencia que, pese a los esfuerzos de fiscalización, este esquema sigue siendo uno de los mayores retos para el SAT y la economía nacional. Con la cifra más alta en tres años, el gobierno enfrenta el desafío de cerrar los vacíos legales y reforzar la supervisión para evitar que estas prácticas se multipliquen.