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La expectativa en los mercados financieros internacionales vuelve a girar en torno a la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). Tras conocerse el dato de inflación de julio y ante la debilidad del mercado laboral, operadores e inversionistas apuestan de manera casi unánime por un recorte de tasas de interés en septiembre de 2025, lo que marcaría un nuevo giro en la política monetaria del banco central estadounidense.
Una probabilidad casi del 100%
Según la herramienta FedWatch de CME Group, los operadores de futuros ligados a la tasa de referencia de los fondos federales sitúan ahora en 99.9% la probabilidad de un recorte de un cuarto de punto porcentual en la reunión prevista para el 16 y 17 de septiembre.
La expectativa se fortaleció tras el último dato del Índice de Precios al Consumo (IPC), que mostró un repunte moderado en julio, y las declaraciones del secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien reconoció la posibilidad de un ajuste más agresivo, de hasta medio punto, dada la fragilidad del empleo en los últimos meses.
Un debate cargado de tensiones políticas
El presidente Donald Trump ya había criticado los recortes de finales de 2024 —uno en septiembre y dos posteriores a las elecciones presidenciales en noviembre y diciembre— al considerarlos motivados políticamente.
No obstante, desde entonces la Fed había optado por la cautela y mantuvo las tasas sin cambios, a la espera de mayor claridad sobre la evolución de la inflación y el mercado laboral. El nuevo contexto parece forzar al banco central a reactivar el ciclo de reducciones.
Bostic: “Podemos esperar”
No todos en el seno de la Fed comparten la urgencia de actuar. El presidente de la Reserva Federal de Atlanta, Raphael Bostic, señaló que el mercado laboral estadounidense aún se mantiene cerca del pleno empleo, lo que le da al banco central el “lujo” de esperar antes de hacer cambios drásticos.
Bostic advirtió que la Fed debe evitar la volatilidad en sus decisiones, ya que un vaivén de recortes y aumentos puede minar la confianza del público. “Nuestro mandato de máximo empleo no corre el mismo peligro que el de inflación”, aseguró en un evento en Alabama.
Goolsbee y el impacto de los aranceles
Otro de los temas que complican el panorama es el efecto de los aranceles impuestos por la administración Trump, que han generado dudas sobre la evolución de los precios.
El presidente de la Fed de Chicago, Austan Goolsbee, reconoció que el banco central debe evaluar si los aranceles tendrán un efecto inflacionario temporal o persistente. Esa incertidumbre, dijo, hará que las reuniones de otoño sean “en vivo”, es decir, con decisiones mucho más debatidas y con mayor posibilidad de cambios en la política monetaria.
Implicaciones globales
Un recorte de tasas en septiembre no solo tendría efectos en Estados Unidos, sino en toda la economía mundial. Para América Latina, podría significar una mayor presión sobre los flujos de capital, una posible depreciación del dólar frente a monedas emergentes y un alivio parcial en el costo de financiamiento externo.
Sin embargo, la combinación de tasas más bajas y tensiones comerciales por los aranceles de Trump podría generar un escenario de alta volatilidad para los mercados globales.
Conclusión
El tablero económico de Estados Unidos se encuentra en un punto de inflexión: inflación moderada, empleo debilitado, tensiones arancelarias y un banco central que busca el equilibrio entre estimular la economía y no perder credibilidad.
Si la Fed confirma el recorte en septiembre, marcará un nuevo capítulo en la política monetaria de la mayor economía del mundo, con efectos que sin duda se sentirán en todo el continente.