Subscribe to our YouTube channel
La política y las finanzas globales vuelven a cruzar caminos peligrosos. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha encendido las alarmas en Wall Street y en los círculos económicos internacionales al reiterar su intención de destituir a Jerome Powell, actual presidente de la Reserva Federal. La amenaza ha reavivado el debate sobre la independencia del banco central más poderoso del mundo y sus implicaciones para la estabilidad económica global.
En lo que parecía solo un rumor político, esta semana se filtró un borrador de carta de despido redactado por la administración Trump. El documento fue mostrado a legisladores republicanos y atribuye la salida de Powell a “sobrecostos en la remodelación del edificio de la Fed”, aunque muchos observadores lo ven como una excusa para justificar un reemplazo de corte político.
¿Puede Trump destituir a Powell?
Legalmente, no tan fácil. Según la Ley de la Reserva Federal de 1913, el presidente del banco central solo puede ser removido por “causa justificada”, lo que no incluye simples desacuerdos sobre política monetaria.
“Cualquier intento de remoción por diferencias ideológicas abriría un litigio sin precedentes y pondría en jaque la reputación del sistema financiero estadounidense”, advirtió Janneth Quiroz, economista en Monex.
Powell, cuyo mandato al frente de la Fed expira en mayo de 2026 (aunque podría seguir como gobernador hasta 2028), podría apelar ante los tribunales, lo que desataría una guerra legal y política que afectaría la confianza de inversionistas globales.
Mercados en tensión y caída del dólar
La mera posibilidad de una destitución de Powell ya ha provocado reacciones en los mercados: el dólar ha caído, la curva de rendimientos se ha aplanado y las acciones han sufrido caídas en sectores sensibles a la política monetaria.
“Hablar de reemplazo anticipado ya es una amenaza directa a la independencia de la Fed”, señala un reporte de Mirabaud-Gruppe.
Y es que Powell ha resistido las presiones de Trump para reducir las tasas de interés a un nivel del 1%, insistiendo en que las decisiones deben estar basadas en datos, no en intereses políticos.
¿Quiénes podrían reemplazar a Powell?
Aunque Trump aún no oficializa la remoción, ya circulan posibles sucesores con perfiles que van desde lo técnico hasta lo abiertamente político:
- Scott Bessent, actual secretario del Tesoro. Su cercanía con Trump lo convierte en favorito, pero su peso actual dentro del gabinete podría impedir su salida.
- Kevin Warsh, exgobernador de la Fed y crítico de Powell, ha abogado por una Fed más alineada con el poder Ejecutivo.
- Kevin Hassett, exasesor económico de Trump, también es visto como una opción agresiva y crítica con la actual política monetaria.
- Christopher Waller, actual gobernador de la Fed, es una opción más sensata y moderada. Aunque dovish (pro tasas bajas), ha evitado confrontaciones públicas.
“Trump podría priorizar la lealtad política sobre la experiencia técnica, lo cual preocupa seriamente al mercado”, advierte Luis Gonzali, de Franklin Templeton.
¿Qué está en juego?
Más allá de los nombres, lo que preocupa a los inversionistas es la integridad institucional de la Reserva Federal. Alterar su estructura o debilitar su independencia enviaría señales negativas a los mercados globales, elevaría el costo de la deuda pública y afectaría el tipo de cambio en economías emergentes.
Además, esto ocurre en un contexto donde la Fed ya enfrenta desafíos enormes: presión inflacionaria por aranceles, incertidumbre política, y expectativas divididas sobre recortes de tasas para fin de año.
Trump insiste en que sus decisiones buscan “proteger la economía estadounidense”, pero los mercados lo ven como una amenaza populista al modelo de política monetaria moderna.
¿Qué podría pasar si Trump remueve a Powell?
- Venta masiva de bonos y acciones.
- Aumento de la volatilidad en mercados internacionales.
- Mayor presión sobre el dólar y monedas emergentes.
- Posible revisión de la calificación crediticia de EE. UU.
- Daño reputacional de largo plazo para la Reserva Federal.
El verdadero problema no es solo la salida de Powell, sino la señal que enviaría al mundo: que la Fed está bajo control político y que las decisiones económicas pueden ser manipuladas desde la Casa Blanca.
Conclusión
La Reserva Federal ha sido durante más de un siglo una institución clave para la estabilidad económica global. Que su independencia esté en entredicho pone en juego mucho más que una figura como Powell: está en juego la confianza en el dólar, en los mercados y en la democracia estadounidense.
Los próximos días serán cruciales para saber si Trump convierte esta amenaza en una acción concreta. El mundo está mirando.