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La industria automotriz mexicana enfrenta un nuevo desafío tras la imposición de aranceles por parte del gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump. Según estimaciones de representantes del sector del plástico, las exportaciones automotrices podrían disminuir hasta un 12 por ciento debido a estas nuevas medidas comerciales, lo cual también podría provocar una contracción de hasta el 4 por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
Aunque los aranceles inicialmente eran del 25 por ciento, el gobierno estadounidense los redujo al 15 por ciento para aquellos vehículos que cumplan con las reglas de origen establecidas en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC). Esta reducción, sin embargo, no ha sido suficiente para frenar las preocupaciones de los empresarios mexicanos, quienes advierten sobre un impacto inevitable en la competitividad de las exportaciones.
Fernando Gutiérrez, director de Polykemi México, explicó que “una de las ventajas actuales es que los autos hechos en México con al menos un 40 por ciento de contenido estadounidense pagarán únicamente el 15 por ciento en lugar del 25, pero aun así, se espera una caída importante en las exportaciones del sector”.
Frente a este escenario, diversas empresas y asociaciones industriales han comenzado a tomar acciones para adaptarse. La Asociación Nacional de Industrias del Plástico (ANIPAC) ha destacado el papel clave que juegan los aditivos y compuestos plásticos en la fabricación de vehículos. Durante el reciente Foro de Aditivos y Compuestos, se presentaron soluciones enfocadas en incrementar la resistencia, funcionalidad y sostenibilidad de los materiales utilizados en el ensamble automotriz.
Más del 85 por ciento de los procesos productivos en la industria automotriz dependen del uso de plásticos, y uno de los enfoques actuales es la incorporación de resinas recicladas para disminuir la huella de carbono y mantener la eficiencia energética en los vehículos producidos.
Pese a las nuevas barreras comerciales, algunos fabricantes de compuestos observan un ligero repunte en la demanda, impulsado por nuevos proyectos provenientes de Europa y China. Gutiérrez subrayó que “los autos chinos están llegando a México, y es probable que pronto veamos nuevas plantas ensambladoras de origen chino en territorio nacional”.
Esto, además de abrir nuevas oportunidades, plantea retos para el ecosistema de proveeduría nacional, que deberá adaptarse a los estándares y modelos de negocio de los nuevos actores globales.
Por otro lado, se ha identificado que algunas armadoras automotrices en México han considerado suspender temporalmente la producción de ciertos modelos para evitar costos adicionales, sin embargo, muchas han optado por mantener sus inversiones en el país y asumir los aranceles, con el fin de continuar exportando desde México.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), el sector automotriz representó el 26 por ciento de la inversión extranjera directa (IED) en 2024, consolidándose como el principal motor económico del país. De ese total, el 19 por ciento se destinó específicamente a la fabricación de automóviles y camiones, y el 7 por ciento a la producción de autopartes.
Finalmente, las cámaras empresariales han instado al gobierno mexicano a fortalecer el diálogo diplomático con Estados Unidos, para buscar certeza en la política arancelaria, particularmente en un contexto donde México ha cumplido sus compromisos en materia migratoria y en el combate al tráfico de fentanilo.