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Dejan sin estímulos fiscales a las gasolinas y el diésel por décima semana consecutiva

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Por décima semana consecutiva, el Gobierno de México ha decidido mantener sin estímulo fiscal el precio de las gasolinas y el diésel, lo que significa que los consumidores pagarán la cuota completa del IEPS (Impuesto Especial sobre Producción y Servicios) en cada litro de combustible que compren.

La medida llega en un contexto internacional particularmente tenso. El conflicto entre Israel e Irán ha provocado una importante escalada en los precios del petróleo, generando temores de una crisis energética global. Durante la última semana, el crudo West Texas Intermediate (WTI) tuvo su mayor repunte desde 2022, subiendo más del 13 por ciento debido a la posibilidad de interrupciones en el suministro desde Medio Oriente.

En este panorama, el precio promedio de la gasolina regular en México se ubicó en 23.39 pesos por litro, una ligera disminución respecto a la semana anterior. Sin embargo, los consumidores no verán reflejada esa baja en sus bolsillos, ya que deben cubrir por completo el impuesto correspondiente. La gasolina Magna paga 6.45 pesos por litro, la Premium 5.45 y el diésel 7.09 pesos por litro, montos que, sin el apoyo fiscal, impactan directamente el precio final al público.

¿Por qué se eliminó el estímulo?

Cada viernes, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público evalúa si otorga o no estímulos fiscales a los combustibles. Esta decisión depende principalmente del precio internacional del petróleo. Cuando el precio del crudo sube, lo habitual sería que se active un subsidio para amortiguar su impacto en los consumidores. Sin embargo, esta vez, el gobierno federal optó por mantener sin cambios los estímulos, privilegiando la recaudación sobre el alivio fiscal.

Además del alza en el crudo, el contexto de inestabilidad geopolítica complica aún más la situación. El jueves pasado, Israel confirmó que había bombardeado instalaciones nucleares y fábricas de misiles en Irán. En represalia, el régimen iraní lanzó misiles contra Tel Aviv, lo que desató más violencia en toda la región. Hasta el momento, se reportan más de 200 muertos en Irán y 14 en Israel, además de cientos de heridos.

Las tensiones también afectaron infraestructuras energéticas clave. Irán denunció ataques directos contra al menos dos refinerías de petróleo, lo que incrementa el temor de un ataque a gran escala sobre su industria petrolera. Recordemos que Irán es miembro de la OPEP y produce más de 3.3 millones de barriles por día, siendo un jugador clave en el mercado mundial.

¿Cómo afecta esto a México?

El precio de los combustibles en México está fuertemente influenciado por el comportamiento del petróleo internacional. Si los conflictos en Medio Oriente se prolongan o escalan, es probable que veamos nuevos aumentos en los precios del crudo, lo que encarecería aún más la gasolina en nuestro país, especialmente si el gobierno mantiene la política de no otorgar subsidios.

Esto también tiene consecuencias inflacionarias. El transporte de mercancías depende en gran medida del diésel, por lo que un alza sostenida en su precio puede encarecer el precio final de productos básicos. Además, el retiro de los estímulos fiscales contribuye a elevar los costos logísticos para empresas y pequeños comerciantes.

¿Qué son los estímulos fiscales?

En términos simples, los estímulos fiscales son subsidios que el gobierno aplica para reducir el impacto del IEPS en el precio final de los combustibles. Cuando el precio del petróleo sube, se espera que el gobierno reduzca el impuesto, y cuando el precio baja, el subsidio disminuye o desaparece. Esta herramienta se utiliza para estabilizar los precios y evitar variaciones abruptas que afecten al consumidor final.

Sin embargo, mantener los estímulos representa una pérdida recaudatoria para el Estado. En un contexto de presiones fiscales, el gobierno ha decidido dejar en pausa esta medida por diez semanas consecutivas.

Conclusión

La falta de estímulos fiscales en el precio de las gasolinas y el diésel representa un golpe directo al bolsillo de millones de mexicanos. En medio de una escalada internacional del precio del crudo, y con tensiones bélicas en aumento, todo indica que la presión sobre los precios continuará. La población y las empresas deben prepararse para enfrentar un segundo semestre con costos energéticos más altos, mientras el gobierno equilibra entre la recaudación y la contención de la inflación.

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