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El senador Gerardo Fernández Noroña ha encendido un nuevo frente diplomático con Estados Unidos, tras sus polémicos comentarios sobre la propuesta de incrementar el impuesto a las remesas enviadas por mexicanos desde territorio estadounidense. Lo que comenzó como una burla terminó desatando una amenaza directa por parte del senador republicano Eric Schmitt, quien respondió aumentando la presión fiscal al dinero que cruza la frontera.
Durante una conferencia de prensa el 9 de junio, Fernández Noroña desestimó sarcásticamente la iniciativa del senador Schmitt, que proponía un impuesto del 15% sobre las remesas. “Un senador estadounidense dice que le van a poner 15 por ciento. ¡Ay, senador, estás viendo y no ves! ¿Cómo se llama? Quieren apagar el fuego con gasolina”, expresó el presidente del Senado mexicano, provocando un revuelo político y mediático.
La respuesta no tardó en llegar. A través de su cuenta de X (antes Twitter), Eric Schmitt reaccionó afirmando que incrementará el impuesto a las remesas en 5%, en aparente represalia por los comentarios del legislador mexicano. “¿Adivina qué? El impuesto a las remesas acaba de subir un 5 por ciento”, publicó el republicano.
Este cruce de declaraciones complica aún más la ya tensa relación entre legisladores mexicanos y estadounidenses. Si bien el impuesto aún no ha sido aprobado definitivamente —y sigue enfrentando resistencia dentro del propio Senado de EE. UU.—, la propuesta ya fue aprobada por la Cámara de Representantes, aunque con una reducción del 5% al 3.5%.
Fernández Noroña calificó la medida como una “doble tributación” injusta y violatoria de principios internacionales. A su vez, senadores de la 4T han retomado viajes a Washington para intentar frenar la iniciativa, buscando el respaldo de senadores republicanos moderados.
Este conflicto también se ha visto afectado por factores internos de la política estadounidense. La aprobación del plan fiscal de Trump, del que depende la implementación del impuesto a las remesas, enfrenta obstáculos debido a disputas sobre el techo de deuda. Algunos republicanos, como Ron Johnson, condicionan su respaldo a recortes en el gasto público.
Incluso figuras del sector privado han manifestado su oposición. Elon Musk, antes aliado de Donald Trump, pidió públicamente frenar la reforma fiscal al considerar que podría llevar al país a la bancarrota. Este llamado ha abierto una nueva grieta entre el empresario y el expresidente, añadiendo tensión a un debate económico ya polarizado.
Mientras tanto, la comunidad migrante observa con preocupación. Las remesas son una fuente vital para millones de familias mexicanas. En 2024, México recibió más de 63 mil millones de dólares en remesas, lo que representa una parte significativa del PIB.
Si el impuesto se concreta, el impacto no solo sería financiero, sino también político: un golpe a la narrativa de amistad y cooperación que ambos gobiernos buscan mantener. El futuro de esta disputa dependerá del pulso entre la presión fiscal de Trump, la resistencia en el Senado, y las negociaciones bilaterales que aún están por resolverse.