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Procter & Gamble (P&G), la mayor empresa de bienes de consumo del mundo, anunció un drástico plan de reestructuración que contempla el recorte de 7.000 empleos a nivel global en los próximos dos años. La decisión llega en un contexto de creciente incertidumbre económica y comercial, impulsada por factores como el endurecimiento de los aranceles estadounidenses y la desaceleración del consumo.
El gigante detrás de marcas como Tide, Pampers, Gillette y Old Spice indicó que también abandonará ciertas marcas y categorías de productos en varios mercados internacionales. Estas medidas forman parte de una estrategia integral que busca simplificar la estructura organizacional, reducir costos y concentrarse en sus líneas más rentables.
Un entorno económico cada vez más complejo
Durante su participación en la Conferencia de Consumidores del Deutsche Bank en París, los directivos de P&G, Andre Schulten (CFO) y Shailesh Jejurikar (COO), reconocieron que la empresa se enfrenta a un entorno geopolítico “impredecible” y a una “mayor incertidumbre del consumidor”. Esta situación ha obligado a la compañía a acelerar sus planes de transformación y optimización operativa.
Los 7.000 recortes representan aproximadamente el 6% de su fuerza laboral total, pero alrededor del 15% de sus trabajadores no dedicados a la manufactura. La empresa actualmente cuenta con más de 108.000 empleados a nivel mundial.
Impacto de la guerra comercial
Uno de los factores clave detrás de esta decisión es el impacto de los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump y mantenidos bajo condiciones volátiles. P&G estimó que estas tarifas costarán unos 600 millones de dólares antes de impuestos en el año fiscal 2026, lo que se suma a los más de 34.000 millones de dólares que las empresas han perdido por la guerra comercial, según cifras de Reuters.
En respuesta, la empresa ya ha comenzado a subir precios en varias líneas de productos para compensar los aumentos de costos, además de racionalizar operaciones en mercados menos rentables.
Abandono de mercados y marcas
En años recientes, P&G ha salido del mercado argentino y ha reestructurado sus operaciones en Nigeria. También vendió la marca de cuidado capilar Vidal Sassoon en China y se ha deshecho de otras marcas locales en América Latina y Europa. Ahora, la compañía planea continuar con esta estrategia, enfocándose en marcas líderes como Tide, Pampers y Old Spice.
Michael Ashley Schulman, CIO de Running Point Capital, describió la reestructuración como una “limpieza de primavera a gran escala” que permitirá liberar efectivo para fortalecer sus marcas principales.
Reducción de equipos y simplificación organizacional
El proceso de reestructuración también contempla una reorganización interna significativa, con la ampliación de roles individuales y la eliminación de equipos redundantes. P&G anticipa cargos contables por entre 1.000 y 1.600 millones de dólares antes de impuestos a lo largo del proceso, de los cuales aproximadamente una cuarta parte no implicará salida de efectivo.
En las primeras horas tras el anuncio, las acciones de P&G registraron una caída de alrededor del 1%, reflejando la cautela del mercado ante los cambios drásticos en el modelo operativo de la compañía.
El futuro de P&G: concentración y eficiencia
La decisión de P&G no es aislada. Otras grandes compañías de consumo también están revisando sus estrategias ante una economía global fragmentada, cadenas de suministro tensas y consumidores cada vez más sensibles al precio.
Este ajuste marca un punto de inflexión para P&G, que se reorienta hacia un futuro de marcas más fuertes, operaciones más simples y una estructura organizativa más ágil para competir en un mercado global incierto y cambiante.