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El presidente de Argentina, Javier Milei, ha dado un nuevo golpe sobre la mesa con un plan económico sin precedentes que busca atraer de vuelta al país miles de millones de dólares no declarados por ciudadanos y empresas argentinas. La iniciativa, anunciada este jueves, tiene como objetivo impulsar las reservas internacionales, fortalecer la circulación de moneda dura y reactivar una economía que atraviesa una crisis estructural profunda.
Según el INDEC, los argentinos mantienen más de 270 mil millones de dólares fuera del sistema financiero nacional, una cifra impactante que se reparte entre cuentas bancarias en el extranjero y fajos de billetes guardados bajo colchones, pisos y bóvedas privadas. El nuevo programa de Milei busca que esos dólares vuelvan a la economía formal —pero sin preguntas ni condiciones.
🏦 ¿En qué consiste el plan?
El plan consiste en eliminar los requisitos de declaración fiscal para el uso de dólares previamente no registrados. En palabras del portavoz presidencial, Manuel Adorni: «Lo que es tuyo, es tuyo. Nadie te va a pedir explicaciones de dónde sacaste esos dólares.»
Los argentinos podrán utilizarlos para comprar propiedades, autos, bienes de consumo e incluso para transacciones diarias, sin que comercios, bancos o notarios tengan la obligación de reportar la operación a las autoridades fiscales.
Además, se relajarán las normas contra la evasión fiscal, y ya no será necesario que bancos y tarjetas de crédito informen sobre los gastos de los ciudadanos. También se suprime la obligación de reportar compras de inmuebles, lo que Milei espera que reactive el mercado inmobiliario.
💬 “Dolarización endógena”: el plan de fondo
Aunque Milei ha retrocedido parcialmente en su idea original de eliminar el peso argentino para adoptar directamente el dólar, su estrategia ahora se orienta a lo que denomina “dolarización endógena”. Esta consiste en permitir una libre competencia de monedas, donde el dólar se imponga progresivamente sobre el peso como unidad de cuenta y medio de pago.
El gobierno espera que con más dólares circulando, los argentinos pierdan el miedo a gastar sus ahorros en moneda dura, lo que dinamizaría el consumo, el crédito y la inversión. Para sentar las bases de esta transición, se implementó una amnistía fiscal y se eliminaron muchos controles cambiarios como parte del acuerdo con el FMI.
🚨 Críticas, riesgos y advertencias
Sin embargo, no todo es optimismo. Analistas y organismos internacionales como el FMI han expresado cautela ante el riesgo de que este plan facilite el ingreso de dinero de origen ilícito. “Las autoridades deben garantizar que se fortalezca la transparencia financiera”, declaró Julie Kozack, portavoz del Fondo Monetario Internacional.
El analista Ignacio Labaqui, de Medley Global Advisors, no dudó en afirmar que esto podría percibirse como “una invitación a no pagar impuestos”. A pesar de las buenas intenciones, se teme que el sistema pierda aún más credibilidad si se percibe que el Estado está validando la informalidad o, incluso, el lavado de dinero.
📉 ¿Una apuesta desesperada o una jugada maestra?
Milei enfrenta un contexto complejo: inflación persistente, reservas al límite, pobreza creciente y un escepticismo generalizado frente a cualquier promesa económica. En este escenario, su plan para repatriar los dólares ocultos podría generar una inyección de liquidez necesaria… pero también alimentar la desigualdad y el riesgo de informalidad fiscal.
Para muchos argentinos que han vivido crisis, corralitos y confiscaciones, esta apertura representa la oportunidad de volver a operar con libertad y recuperar la confianza perdida. Para otros, es una señal de alarma sobre el debilitamiento del control del Estado.
En definitiva, el éxito del plan dependerá de si los ciudadanos deciden confiar en el nuevo marco económico o seguir escondiendo sus dólares por miedo a lo desconocido.