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La administración del presidente Donald Trump se encuentra en estado de alerta ante un posible acuerdo entre Apple y Alibaba que permitiría incorporar inteligencia artificial desarrollada en China a los iPhones comercializados en ese país. Según reportó el diario The New York Times, tanto funcionarios de la Casa Blanca como del Congreso han comenzado a revisar con atención los detalles del pacto, preocupados por sus implicaciones en seguridad nacional, soberanía tecnológica y libertad de expresión.
Este acuerdo permitiría a Apple utilizar servicios de inteligencia artificial de Alibaba, uno de los gigantes tecnológicos chinos, para ofrecer funciones impulsadas por IA en los dispositivos vendidos en el mercado chino. Sin embargo, las autoridades estadounidenses consideran que esta alianza podría fortalecer las capacidades de inteligencia artificial del país asiático, ampliar la distribución de chatbots sujetos a censura y aumentar la exposición de Apple a las estrictas leyes de datos y censura impuestas por Pekín.
Apple y Alibaba aún no han emitido comentarios oficiales en respuesta a los informes.
En febrero, Alibaba había confirmado su colaboración con Apple para brindar soporte a las funciones de inteligencia artificial de los iPhones en China, lo que representó una victoria significativa para la compañía china en un mercado de IA sumamente competitivo. Alibaba compite con otras empresas emergentes como DeepSeek, que ha ganado notoriedad por desarrollar modelos de lenguaje avanzados a costos muy inferiores a los de sus contrapartes occidentales.
El acuerdo, si bien estratégico para Alibaba, ha encendido alarmas en Washington debido al contexto actual de tensiones tecnológicas entre Estados Unidos y China. El gobierno estadounidense ha reforzado en los últimos meses las restricciones a la exportación de chips avanzados y tecnologías sensibles hacia el país asiático, como parte de una política más amplia destinada a limitar el ascenso tecnológico de China en sectores clave como la inteligencia artificial, la computación cuántica y los semiconductores.
La colaboración entre Apple y Alibaba, en este marco, podría ser interpretada como un debilitamiento de los esfuerzos estadounidenses por contener la influencia tecnológica china. Además, al tratarse de una compañía estadounidense del tamaño e influencia de Apple, el pacto podría sentar un precedente preocupante para futuras alianzas similares.
El debate también toca fibras sensibles respecto a la privacidad de los usuarios y el cumplimiento de las normas éticas en el uso de tecnologías avanzadas. Expertos alertan que la integración de una IA china con potenciales mecanismos de censura podría comprometer los estándares de libertad de expresión que Apple ha defendido en otros mercados.
Aunque aún no se ha confirmado de manera oficial la firma del acuerdo, la atención que ha despertado en Washington refleja la creciente complejidad de operar en el mercado tecnológico global, donde la política, la seguridad y la ética se entrelazan con las decisiones comerciales.
De concretarse este acuerdo, será crucial observar si la administración de Trump decide intervenir, imponer nuevas restricciones o condicionar futuras relaciones comerciales entre Apple y compañías tecnológicas chinas.