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Siete meses después de la trágica muerte de Liam Payne, se han revelado nuevos detalles sobre el destino de su fortuna. El exintegrante de One Direction falleció el 16 de octubre de 2024, a los 31 años, tras una caída mortal desde el tercer piso de un hotel en Buenos Aires. La causa oficial fue un politraumatismo severo, con daños internos y externos irreversibles. Según la investigación, la noche estuvo marcada por el consumo de alcohol y drogas, lo que contribuyó al trágico desenlace.
A pesar de haber alcanzado fama mundial desde su aparición en The X Factor y de contar con un vasto patrimonio, Liam no dejó testamento. Esto lo convierte en un caso de «intestacy» (intestado), es decir, sin disposiciones legales sobre la distribución de sus bienes. Conforme a las leyes británicas de sucesión, en ausencia de testamento, los bienes del fallecido pasan automáticamente a sus hijos biológicos.
En este caso, Bear Payne, su hijo de ocho años fruto de su relación con la cantante Cheryl Cole, es el único heredero legal de una fortuna estimada en más de 28 millones de euros. Hasta que Bear cumpla la mayoría de edad, su madre Cheryl y el abogado Richard Bray se encargarán de administrar el patrimonio a través de un fideicomiso designado por la justicia británica. Aunque tendrán acceso limitado, garantizarán el bienestar y futuro financiero del menor.
Mientras tanto, Kate Cassidy, pareja de Liam al momento de su muerte, no figura como beneficiaria directa. Al no estar casados ni tener una unión civil legal, y al no existir un testamento que la incluya, legalmente no tiene derecho a la herencia. Sin embargo, podría intentar reclamar una «provisión financiera razonable» en tribunales. Hasta ahora, no ha manifestado intención de hacerlo.
Cassidy ha declarado en varias entrevistas que Liam le había propuesto matrimonio y que planeaban casarse dentro de un año. «Era el amor de mi vida», confesó entre lágrimas, describiendo los últimos momentos que compartió con el cantante. También aseguró que él le dejó una nota escrita donde expresaba su deseo de formar una familia juntos.
Liam había luchado en los últimos años con problemas de adicción y salud mental. En 2023 logró una etapa de sobriedad tras una estancia en rehabilitación. Sin embargo, su recaída en Argentina, sumada a un estado emocional frágil, resultó devastadora. Testigos afirman haberlo visto en un estado alterado poco antes del incidente.
Su funeral, celebrado en St. Mary’s Church, Buckinghamshire, reunió a sus excompañeros de One Direction, a su familia, a Cheryl, al productor Simon Cowell y a decenas de fans que se acercaron a darle el último adiós. Su legado musical, que incluye derechos de autor, inversiones y propiedades, representa uno de los patrimonios más significativos dejados por un artista británico de su generación.
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